No es una sorpresa que el MINI Cooper es una de las más exitosas reinterpretaciones de un auto clásico, de esas que en las últimas décadas han estado muy de moda y en esta ocasión hemos tenido a prueba la versión convertible que eleva mucho más su ya de por sí enorme carisma así como sus sensaciones dinámicas gracias a que no llevar el techo puesto es una gran experiencia que maximiza estas y otras de sus virtudes.
La fórmula para hacer del MINI Cooper un auto llamativo ha sido tomar las formas básicas de aquel auto tan famoso de los años sesentas y setentas. Líneas rectas en su lateral, muchos círculos incluyendo los faros y retrovisores y una parte trasera sencilla y rematada al estilo hatchback pero tan vertical como el diseño lo permitiera.
Los detalles son lo que complementan a la perfección esta silueta atemporal y es que se tienen muchos elementos en cromo, franjas de color diferente al de la carrocería, agresivas entradas de aire y equipamiento que solo un MINI puede tener como las calaveras con el logotipo Union Jack el cual, en esta versión, también estaba presente en la capota como equipamiento opcional agregando un toque único.
Con la capota puesta, la silueta es muy parecida a la que vemos en el auto con carrocería coupé pero al quitarla y plegarla en la parta trasera, el MINI aumenta mucho más su nivel de atracción hacia cualquier persona que lo vea pasar; es sin duda, un imán de miradas y un gran auto para disfrutarse a cielo abierto.
En el interior, el MINI también es un auto único, no solamente por la gran combinación de materiales, colores y texturas, también por el diseño que rompe moldes y luce diferente a lo que estamos acostumbrados. El diseño en general es raro tanto en puertas, tablero, asientos y consola central y el resultado final es sumamente atractivo.
Los detalles son los que también hacen una gran diferencia en el interior como los botones al estilo avión en consola central así como arriba del retrovisor central, la gran pantalla que va dentro de un círculo en la parte central del tablero, el «interruptor» para encender el motor, la palanca de velocidades, las cabeceras de los asientos y podríamos continuar pero estos detalles se ven mucho mejor en las fotografías y también teniendo en vivo al auto.
En cuanto a tecnología se tiene todo lo esperado; la pantalla tiene toda la información necesaria tanto del sistema de audio como de información del auto y mucho más, cuenta con Apple CarPlay vía Bluetooth lo cual se aplaude mucho pero en su contra está el detalle de que no cuenta con Android Auto. La iluminación interior es una maravilla y la cereza del pastel es, de nueva cuenta, el logotipo Union Jack del tablero que igualmente cambia de color y le da un toque especial a la cabina del MINI Cooper.
Manejo divertido y contacto con el cielo
Si observar el auto y darse cuenta de todo lo que ofrece ya es toda una experiencia, manejarlo es algo mucho más placentero. Desde que se enciende el motor, el ronco sonido del escape nos adelanta de que el auto es capaz de brindar mucha diversión tanto en carretera como en ciudad e incluso en una pista donde también pudimos disfrutarlo por unos minutos.
El motor 2.0 litros denominado TwinPower Turbo es el encargado de mover al pequeño hatchback, sus 192 hp y 206 lb-pie de par y caja automática de doble embrague y 7 velocidades hacen que parezca más ligero de lo que es, la aceleración es rápida y contundente y no deja de empujar hasta cerca de los 250 km/h que pudimos alcanzar como velocidad máxima en la cual sigue presentando una buena confianza al conductor gracias a la gran puesta a punto del bastidor en general.
Pero su velocidad máxima no es lo mejor del auto ya que se disfruta mucho más en caminos revirados donde la ingeniería alemana (o británica para los que no aceptan su verdadero origen) da lo mejor de sí ya que la dirección y suspensión ofrecen lo necesario para que el auto se comporte de maravilla en curvas cerradas tanto en caminos abiertos como en pista ya que la neutralidad del auto al cambiar de dirección es algo que se agredece y, si se tienen los conocimientos necesarios, desconectar las asistencias electrónicas lo convierten en un auto mucho más divertido.
Receta muy valorada por los entusiastas
Al final de todo, el MINI Cooper Convertible se ve bien y se siente mucho mejor. La estética, equipamiento y calidad en general están a la altura de lo esperado aunque sí hay quejas como el egoísmo que presenta ya que solamente dos personas con poco equipaje son los que podrán disfrutar del auto y tal vez que la suspensión es más firme de lo que quisiéramos para el día a día.
El manejo es algo que sin duda lo hace un auto único por la combinación de contundencia y sensaciones que ofrece, está a la altura de otros hot hatches pero con un toque único de estilo y originalidad que lo hacen diferente a lo ofrecido por, por ejemplo, Volkswagen Golf GTI, Ford Focus ST y KIA Forte GT, hablando de los autos de volumen que son más accesibles que los $632,900 que se pagan por este MINI pero que tiene la pequeña gran diferencia de ser convertible.
Salvador Sánchez Díaz
@Chava_SD
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