El Mazda MX-5 ha pasado por nuestras manos y sencillamente se ha convertido en uno de nuestros autos favoritos pero antes de comenzar a explicar por qué, pongámonos en contexto. Esta actual generación del roadster japonés es la cuarta existente luego de casi 30 años de vida ya que fue en 1989 cuando se presentó por primera vez este auto que pretendía ser un biplaza convertible que entregara la mayor dosis de diversión a un precio razonable, cosa que hasta la fecha sigue ofreciendo en toda la extensión de la palabra.
Sexy por fuera y desde cualquier ángulo
No neguemos que el amor entra por los ojos y el Mazda MX-5 enamora a cualquiera, sus suaves curvas que recorren toda su carrocería forman una silueta que podemos observar indefinidamente. Además, cuenta con detalles que complementan su encantadora silueta como los faros rasgados, la toma de aire frontal de gran tamaño y las calaveras que, aunque son discretas como todo lo demás, terminan dándole ese toque sexy al auto. En Mazda le llaman diseño Kodo y es la tendencia que han marcado en cada uno de sus autos.
Con la capota puesta la silueta de este roadster japonés es igualmente atractiva pero donde realmente sale a relucir su diseño es cuando la abatimos y dejamos el espacio libre entre los pasajeros y el cielo.
Al interior no le falta nada y tampoco le sobra
Los 3.9 metros de largo que mide el auto y el alargado cofre dan lugar a una cabina muy compacta que no tiene más espacio que el justo para dos personas y con pocos lugares para almacenar objetos ya que no tiene guantera ni espacios en puertas, solamente tiene un espacio entre los respaldos de los asientos y una pequeña consola central, esto no es queja alguna porque el espíritu del auto es ofrecer más por menos y siguiendo este principio, quitar lo que no es necesario aumentará las prestaciones dinámicas y por ende, la satisfacción de conducirlo.
Los materiales del interior son muy buenos y la simplicidad que hay en todos sus mandos también, se tiene una pantalla touch que igualmente se puede manipular mediante una perilla y tres botones muy al estilo de cualquier Mazda, aire acondicionado manual y es todo, fuera de ello tiene un volante, una palanca y tres pedales y no, no necesita más.
Poner o quitar la capota se hace de manera manual a cualquier velocidad y en cuestión de segundos. No existe en el mercado un mecanismo más simple, ligero y eficaz que este que monta el Mazda MX-5
La receta perfecta para disfrutar su conducción
Motor atmosférico, transmisión manual, tracción trasera y reparto de pesos 50-50 en un auto convertible que pesa 1.057 kg, el Mazda MX-5 tiene la receta perfecta para cualquier persona que disfrute del manejo. Su motor es un 2.0 litros con 155 hp y 148 lb-pie de torque que pudieran parecer pocos pero mueven realmente con soltura al auto, su caja manual es de seis cambios cortos y precisos además de que se siente ese accionamiento mecánico al cambiar una y otra vez de marcha y que tanto gusta a los más conservadores y tradicionalistas.
Su aceleración desde cero no defraudará, sus recuperaciones tampoco lo harán y la velocidad punta ronda los 200 km/h pero la sensación que brinda el auto es de ir mucho más arriba de esa velocidad, eso sí, ofreciendo un buen aplomo del auto y confianza para quien va detrás del volante. El comportamiento del auto en curvas es muy divertido ya que la tracción trasera es juguetona y fácilmente podremos deslizar el eje posterior, claro que si se abusa de ello, los controles de tracción y estabilidad entraran en acción para evitar cualquier susto.
Todo tiene un precio y no solo hablamos de dinero
La única versión del Mazda MX-5 con techo de lona disponible en México tiene un precio de $346,900 y vale cada centavo de lo que cuesta ya que es un auto con muchas cualidades como el manejo puro que entrega, la diversión que ofrece en un manejo que sin ser tan rápido nos regala grandes dosis de adrenalina, una carrocería en configuración convertible que sin duda alguna llamará la atención por donde quiera que pase, eso sí, por este precio hay que pagar otras cuestiones como el que la cajuela del auto sea tan pequeña como para almacenar una maleta y un par de bolsas más y que si se quiere compartir su diversión, habrá que hacerlo con una persona a la vez.
Salvador Sánchez Díaz
Twitter: @Chava_SD
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